Trato, poco plato y zapato
Me gustan los refranes. Este último –el que encabeza este artículo-, no lo conocía, y como la mayoría de ellos esconden mucha sabiduría. Por eso perduran de generación en generación. Esta semana, mientras trataba a una paciente de setenta años ella me hablaba con gran admiración de su madre- de cerca de cien años-. Vive sola, independiente y activa. Se cuida y tiene una gran vitalidad. Ella es la que anima a su hija, transmitiéndole una actitud positiva ante la vida. Acto seguido, mi paciente me suelta el refrán que su madre siempre le recuerda: “Trato, poco plato y zapato”.
El psiquiatra Luis Rojas Marcos, comentaba en una conferencia hace años que una de las principales causas que hacía que hubiera más viudas que viudos, se basan en la mayor capacidad que tenemos las mujeres de contar y compartir nuestros sentimientos y que ese trato con los demás nos hace liberar tensiones.
Por otra parte, me viene a la memoria la frase del Dr. Grande Covián -el gran maestro de la nutrición- : “Lo único que no engorda es lo que queda en el plato”, gran idea asociada a la moderación que cada día aconsejamos –poco plato- en la consulta.
Y por último “el zapato”. Nuestras piernas están hechas para moverse, caminar, bailar, saltar y es así como hacemos el mejor regalo a nuestro corazón y a nuestra mente.
En fin, espero que toméis nota. Ya sabéis que el secreto para tener una buena salud tiene mucho que ver con que el “trato, poco plato y zapato” que apliquemos en nuestros hábitos diarios. Veréis que no hace falta ser Isabel Presley para disfrutar, cuidarse y moverse para vivir más y mejor.
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