La presencia en las Redes Sociales
Quien me iba a decir a mí hace unos años que estaría metida en este mundo de las tecnologías de la información. Nunca me había sentido atraída por ellas. Desde que mi marido tenía 17 años le he visto con un ordenador delante y siempre lo había considerado como un rival al que disputarle tiempo de relación con la persona que comparto mi vida desde hace tiempo. Lo dicho; no sabía ni enchufarlo y, con los años, no me ha quedado otra que aprender su manejo, así como entender las oportunidades de conocer y ser conocido que brinda esta plaza virtual inacabable. Reconozco que son muchas las cosas ventajosas (información, acceso a documentación, a experiencias, a la forma de comunicación virtual interpersonal (participar en foros, publicar tus pensamientos y experiencias en forma de blog, “chatear” para comunicarse ágil e inmediatamente, publicar tus páginas en las redes sociales (Facebook,..) o página de internet (www.doctoravillares.es) para que, quien quiera, pueda conocer todo sobre tu faceta profesional. Así puedes llegar a construirte una reputación virtual basada en la reputación profesional real que has conseguido a base de muchos años de ejercicio de la profesión.
Hasta aquí bien, pero después también me frena la parte negativa que creo que conlleva este mundo. Igual que este medio se usa para buenos fines (comunicación sin fronteras), también existen malos usos, como la adicción que puede generar, y otros que se amparan en el anonimato para faltar al respeto o hacer gala de mala educación; para mentir, difamar o todo aquello que pueda perjudicar la reputación virtual que te has labrado y que también daña la reputación profesional en la que se basa. Grandes ventajas y grandes riesgos los de esta era digital, aunque los grandes riesgos pueden acaso verse como grandes oportunidades para que te conozcan mejor como profesional.
Creo que esto de la comunicación en las redes no es muy diferente de la comunicación del trabajo día a día en la consulta. Pienso que por muy competente que seas en tu profesión, sólo es posible establecer una buena comunicación con el paciente (o potencial paciente) si ésta se realiza con respeto, empatía, con transmisión de ilusión por conseguir objetivos y si se demuestra delicadeza en el trato, etc… Si no es así, toda la excelencia profesional queda en nada. Es como la parte “oscura” de la comunicación de las redes sociales; la mala comunicación puede echar por tierra el trabajo real y dañar tu fama ante los potenciales pacientes.
En fin, estamos aquí (en la red) porque hay que estar….pero a mí me gusta el trabajo discreto, de comunicación personal, en la consulta.
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